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Su nombre era Juan Charllier de Gerson, localidad a 50 kms. de Reims, lugar de su nacimiento en las Ardenas, el 13 de diciembre de 1363. Estudió en el Colegio de "Bons Enfants" de Reims y luego en la Universidad de París en 1377. En 1395, había cursado ya todos los estudios y obtenido el doctorado en teología. Y muy joven fue designado Rector de la prestigiosa Institución.
Aprovechó su ascendiente sobre el rey Carlos VI para reclamar la atención a los pobres. Y puso especial atención en la educación de los niños y las actividades de las catequesis parroquiales. A esta hermosa tarea dedicó una de sus obras "El ABC de las gentes sencillas o arte de vivir bien y de bien morir".
También escribió "Sobre los párvulos". Y no menos influencia tuvieron otros escritos como "Instrucción a los curas... a los maestros de escuela y a los padres sobre la necesidad de instruir a los niños en el amor de Dios". Tal vez lo más original de esta mente privilegiada era que, además de escribir doctamente, el mismo dedicaba mucho tiempo a la instrucción directa de los niños y a su atención religiosa con paciencia, abnegación y gran habilidad.
Desde el primer momento de su vida universitaria encauzó sus esfuerzos a luchar contra el cisma que entonces azotaba la Iglesia. Gerson pensaba que, tal como estaban las cosas, sólo un Concilio General podía acabar con la situación, ocasión en que se podía reclamar una Reforma en profundidad de la Iglesia.
En 1415 asistió al Concilio de Constanza como Rector de París. Se puso de parte de la teoría conciliarista, sosteniendo que los Doctores en Teología, al igual que los Obispos, tenían derecho a votar. Sus ideas están expuestas en el libro de las "Sentencias sobre el modo de comportarse en este tiempo de cisma." Se empeñó también en la condena de Jan Hus, cuyas doctrinas comenzaban a extenderse.
No pudo regresar a París al terminar el Concilio por las amenazas del Duque de Borgoña, que había asesinado al Duque de Orleans y había sido condenado públicamente por él mismo. Tuvo entonces que refugiarse en una abadía alemana, en donde escribió "De la consolación de la Teología" que, además de la otra influyente "De la vida espiritual del alma", constituyeron sus mejores escritos ascéticos y espirituales. También estos escritos fueron reflejo de su propia vida interior.
Se dirigió más tarde a Lyon, a donde pasó los últimos diez años de su vida escribiendo, rezando y ejerciendo el sacerdocio. Murió el 12 de julio de 1429 en Lyon. Uno de sus últimos libros "Del modo de llevar a los niños a Cristo" condensaba su doctrina pedagógica y catequística, digna obra que resume su magnífica vida apostólica.
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Al margen de su error conciliarista y de no diferenciar la autoridad magisterial del Obispo y el prestigio intelectual del Doctor en Teología, Gerson fue hombre piadoso, limpio de intereses, de gran prestigio intelectual y sensatez teológica, incluso humilde como persona. Su defensa del Concilio fue más práctica que dogmática, pues era la única forma que veía para salir de la ingrata situación de la pluralidad de Papas que se atribuían los derechos sucesorios y que, por lo demás, estaban apoyados por personas dignas, justas y bienintencionadas en ambos bandos. |
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